Las Hermanas Rency Moonjely y Sibi Varghese, Hermanas de la Adoración del Santísimo Sacramento, han sido llamadas a cuidar de nuestros hermanos y hermanas sin hogar que frecuentan el Refugio Madre Teresa. Las hermanas de su congregación se esfuerzan por difundir el amor eucarístico a través de sus actividades apostólicas; para las hermanas Rency y Sibi, es trabajando con las personas sin hogar.
A esta misión de amor es a lo que el obispo Michael Mulvey anima a todos los católicos a comprometerse de nuevo, en su Carta Pastoral del 2020: “Estoy con ustedes siempre hasta el fin de los tiempos”. En una sección de su carta sobre “El ADN de Comunión”, el obispo Mulvey llama a los miembros de la Iglesia a generar una vocación de amor. Da ejemplos del amor de Dios: Dios ama a todos; Dios da el primer paso; Dios nos ve a través de los ojos de Su Hijo; Él comparte nuestros problemas y nos acompaña.
Las hermanas Rency y Sibi dedican muchas horas todos los dias de la semana para alimentar, vestir y ofrecer refugio a los clientes que ingresan al refugio diurno de Caridades Católicas. Ellas, junto con los voluntarios y el personal, brindan a menudo palabras amables de tranquilidad a los cientos de personas a las que sirven. Tan solo el volumen de sus acciones deberían hablar por si solas de su amor, pero incluso ellas mismas te dirán lo difícil que es ver el rostro de Jesús en cada persona que encuentran.
“Satisfacer una necesidad básica es nuestra prioridad”, dijo la hermana Rency. Pero a veces la gente quiere cosas de inmediato y ella no las tiene para dar. Ella dice que escribir sus nombres junto a lo que necesitan o quieren les hace felices, porque saben que ella los escuchó.
“A veces lloramos juntos”, dijo la hermana Rency. “Algunos, lo han perdido todo y por eso no tienen hogar. Otros no son cuidados por su familia ni por la sociedad. Necesitan que alguien los escuche. Tan solo con detenerse y preguntarles, ‘cómo están’ les hace tan felices”.
Ayudarlos puede ser simplemente una cuestión de dirigirlos hacia el consejero o trabajador de caso del refugio. “A veces nos hacen pasar un mal rato y no son agradables”, dijo la hermana Sibi. “Tenemos que alejarnos y regresar cuando estén más tranquilos. Entonces, tratandoles como amigos, intentamos de nuevo hablar con ellos “. La hermana Sibi se refiere a mostrar un amor enérgico y poner límites saludables para evitar que se desarrollen conflictos mayores en el futuro.
“Algunos días son muy difíciles. Lo intentamos, pero a veces fallamos”, dijo la hermana Rency. “Entonces yo rezo: ‘Puedo hacer todo a través de Aquel que me fortalece’.
Jaime Reyna, Director del Ministerio Social de la Diócesis de Corpus Christi, ha estado visitando a algunos de nuestros hermanos y hermanas sin hogar al frecuentar los terrenos del antiguo campus de la Escuela Central Católica desde mayo de este año. Dijo que aprendió rápidamente, que solo quieren ser tratados con cierta dignidad.
Según Reyna, sentían que no le importaban a nadie, ni nadie quería escucharlos. Comenzó a almorzar con ellos (manteniendo una mascarilla y distanciamiento social), y solo empezaron a hablar. Al principio, cuando él estaba tratando de interactuar con algunas de las personas, sintió que se establecía una relación de “mi” contra “ellos”. Dijo que le parecía que algunas personas le decían lo que creían que él quería escuchar. Creyó que esperaban que les iba a “arreglar” o a “darles” algo, según él sentía que necesitaban, pero esta fue su primera aproximación equivocada.
Reyna dijo que conocer el nombre de alguien ayuda mucho a construir una relación de amistad. “Muchos hermanos y hermanas sin hogar / desplazados / desamparados sienten profundamente la pérdida de su familia o de su conexión, que es algo que lamentan y en el fondo, lo desean tanto. Conocerlos por su nombre y aprender un poco de su historia construye un puente que demuestra que te preocupas y estás interesado en ellos”, dijo Reyna.
“Además, siento que compartir mis luchas con ellos les demuestra que no soy tan diferente. No todas las personas sin hogar tienen las mismas luchas, ni las mismas ventajas. También comparto mis limitaciones con lo que puedo hacer para ayudar. A veces la gente piensa que tienes que tener todas las respuestas o todos los recursos para ayudarles, pero ese no es el caso ”, dijo Reyna. “Los acompaño compartiendo mis debilidades y, a veces, solo puedo decir: ‘No sé cómo ayudarte con eso, pero definitivamente puedo orar por ti’.
“Como a miembros de mi familia, mis palabras y apoyo los hace más receptivos, se dan cuenta de que me preocupo por ellos. Algunas veces pueden tomar decisiones que no son las que yo tomaría, o tuvieron lo que llamaría ‘oportunidades perdidas’, pero como parte de mi familia, debo ‘acompañarlos’ sin juzgarlos”, dijo, y agregó: “Simplemente no conozco la historia completa y es importante que los vea individualmente, como a una persona que me importa y no como un “proyecto”. Esto me ayuda a poner las cosas en perspectiva.
“Ahora que hemos compartido y nos hemos conocido, hemos creado una comunidad familiar, y ellos confían en mí, y trato de compartir mi fe y amor al escucharlos y tratarlos como a un miembro de mi familia en igualdad de condiciones”, dijo Reyna. “Es difícil ayudar a alguien, sabiendo que no cumplió con una cita o un plan de acción, sin embargo, debo recordar que todos tenemos libre albedrío”, dijo, y agregó: “Y algunos de nosotros tenemos más desafíos que otros. Sus desafíos y luchas no son como los míos, pero con el tiempo, llegarán a donde necesiten llegar hasta donde sea posible”.
Durante muchos meses, Reyna y el padre Pete Elizardo hablaron sobre la instalación de baños portátiles para ellos en esa locación. El padre Elizardo es párroco de la parroquia del Sagrado Corazón y está a cargo de los terrenos y las personas que residen en el antiguo campus de la escuela central católica. También, ha sido como un pastor para los desamparados, y lo conocen por la fuerza de su amor y compasión.
“Cuando finalmente conseguimos dos orinales portátiles en la propiedad para su uso, algunos lloraron y todos aplaudieron de alegría. Rose [García] se me acercó y me dijo: “No me importa cuánto tiempo haya tardado en conseguir esto y no me importa si está aquí temporalmente. Solo quiero que sepa que tener esto aquí significa que estaba escuchando nuestras necesidades, lo cual es más importante que cualquier otra cosa”.
“En cualquier relación, estamos llamados a entrar y conocernos. No siempre, pero muchas veces nuestros hermanos y hermanas sin hogar pueden haber tenido un mal día o un mal momento, pero al igual que nosotros, pueden desquitarse con otra persona. A veces, su desafío es superar la vergüenza, por lo que la conversación puede resultar incómoda al principio. Pero si sienten que eres genuino y sincero acerca de querer conocerlos, ese es el primer paso hacia una relación de amistad. La relación se vuelve más fácil cuando ves al otro como a un amigo, un hermano, una hermana, o a Cristo”, dijo Reyna.